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Si el perro muestra actitudes que se consideran inapropiadas y difíciles de manejar, no son rencorosas, sino que están lanzando una llamada de socorro porque está experimentando malestar. ¿Cómo interpretar su malestar, comprender lo que necesita y ayudarle a recuperar la calma?
En la mayoría de los casos, los llamados “problemas” de comportamiento de un perro suelen ser la expresión de la angustia emocional y el sufrimiento derivados de la negación de sus necesidades fisiológicas más esenciales.
Las alteraciones del comportamiento más frecuentes no son rencorosas, sino el efecto de errores repetidos (incluso inconscientes) en el manejo del perro por parte de sus humanos.
Las anomalías más comunes en el comportamiento de los perros
Agresividad, ansiedad por separación, fobias y miedos, trastornos de la eliminación y ladridos excesivos son las alteraciones más recurrentes en el comportamiento canino.
Comportamiento agresivo: gruñidos y mordiscos
En la naturaleza, la agresividad es un comportamiento fisiológico en todas las especies animales.
Ciertos tipos de comportamiento agresivo, como gruñir o morder, si se manifiestan correctamente, deben considerarse fisiológicos o incluso “salvavidas”.
Pensemos, por ejemplo, en la agresividad por miedo o en la agresividad protectora de una perra madre hacia sus crías, en la agresividad territorial o en la competencia por una presa.
En un perro que a menudo se define de forma demasiado simplista como agresivo, siempre debe identificarse la cadena causal del comportamiento que determina la mordedura o el gruñido.
Ansiedad de separación: catástrofes en el hogar
Los principales síntomas de la ansiedad por separación son vocalizaciones, destrucción de objetos y tumbarse en lugares inapropiados, que se producen cuando el perro se queda solo.
Un ejemplo clásico es el de los cachorros que entran en la familia.
Debería ser intuitivo comprender lo angustioso que puede ser para un cachorro, que hasta el día anterior dormía y estaba todo el día con su madre y sus hermanos, quedarse solo.
Encontrarse, tal vez de noche, en un lugar desconocido y sin el olor de nadie familiar.
Es importante no subestimar estos síntomas y darles la interpretación adecuada si queremos que nuestro perro se convierta en un individuo sereno y seguro de sí mismo.
El riesgo es que luego se convierta en un adulto que, al quedarse solo en casa, destroce cojines y sofás u orine y defeque en cualquier sitio.
La eliminación inadecuada puede estar causada por el marcaje territorial, o por la falta de costumbre del perro a ensuciar fuera, o por estados de estrés, excitación, ansiedad, miedo.
Un comportamiento no deseado no es un despecho sino una petición de ayuda
El perro sufre auténticos ataques de pánico y descarga la ansiedad y el estrés con los únicos medios de que dispone, es decir, los dientes y las patas.
Le entra un pánico tan profundo que pierde el control de sus esfínteres y expulsa heces y orina por donde puede.
Castigar a un perro no tiene sentido y es altamente contraproducente, ya que empeorará su estado generalizado de ansiedad.
Más bien, es importante recurrir a figuras formadas profesionalmente para evitar errores derivados del “hágalo usted mismo” o del boca a boca.
Pida ayuda a un veterinario experto en comportamiento animal
Elveterinario especialista en comportamiento es el profesional al que debe dirigirse para descifrar sin ambigüedades las actitudes físicas de su perro y asociarlas a sus estados de ánimo.
Un conocimiento insuficiente del comportamiento y las necesidades etológicas de un perro crea falsas expectativas en las personas que aumentan enormemente el riesgo de abandonar o renunciar al animal.
Sólo aprendiendo a comprender las señales que envía el perro y su significado, así como el enorme impacto que el comportamiento del hombre puede tener en el perro, podremos construir una relación armoniosa, feliz y respetuosa con el bienestar del animal.
Si desea la opinión de un veterinario experto en comportamiento, los especialistas de nuestro personal están a su disposición para una consulta.
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