La lipidosis hepática felina, también llamada síndrome del hígado graso, es la enfermedad hepática más frecuente en los gatos.
La lipidosis hepática felina consiste en una acumulación de células grasas en el hígado del gato que le impide funcionar con normalidad.
Una pérdida repentina de apetito o una reducción de la ingesta de calorías son los desencadenantes, pero ¡cuidado!
Existen causas primarias por las que los gatos pierden el interés por la comida y es importante descubrirlas y resolverlas antes de que la lipidosis hepática se desarrolle y degenere.
¿Por qué el hígado se llena de grasa si el gato está en ayunas, causando lipidosis felina?
Cuando el gato no come y no ingiere suficientes proteínas, su organismo empieza a utilizar las reservas de grasa para convertirlas en energía.
Los lípidos se canalizan hacia el hígado.
Pero aquí es donde empieza el problema, porque el metabolismo de los gatos no está preparado para este proceso: su hígado no está estructurado para la transformación de grasa en energía.
Síntomas de la lipidosis felina
La mayoría de los gatos con lipidosis presentan un cuadro de inapetencia que dura entre tres y siete días, y una pérdida de peso de entre el 25 y el 40%.
Los síntomas más evidentes del síndrome del hígado graso en gatos son:
- Anorexia
- Deshidratación
- Náuseas e hipersalivación
- Vómitos
- Pérdida de peso
En las últimas fases de la enfermedad, se observa letargo, ictericia (coloración amarilla de la piel), mayor pérdida de peso y, a veces, incluso convulsiones.
Diagnóstico de la lipidosis felina
La lipidosis hepática felina es curable si se diagnostica a tiempo.
Bastan dos semanas para que la enfermedad se desarrolle de forma irreversible.
Los análisis de sangre revelan primero problemas con la función hepática.
Un diagnóstico preciso también implica estudiar el historial médico del gato, sus hábitos alimentarios y una exploración física para cuantificar la pérdida de peso, constatar la atrofia muscular y comprobar si hay ictericia.
Tratamiento y cuidados
Los gatos que sufren lipidosis hepática avanzada, con ictericia, convulsiones u otros problemas metabólicos, deben ser ingresados en un centro veterinario.
Tendrán que recibir fluidoterapia para reducir la deshidratación y ayudar a la desintoxicación hepática.
Además de estos tratamientos de choque, el apoyo nutricional es el único tratamiento para esta enfermedad.
La dieta, denominada dieta de recuperación del equilibrio metabólico, está diseñada precisamente para minimizar el estrés del hígado.
Por lo general, se necesitan de cuatro a seis semanas para la recuperación nutricional.
El gato tendrá que ser alimentado a la fuerza hasta que empiece a comer voluntariamente por sí mismo.
Si el gato no mejora con 5-7 días de nutrición, debe realizarse una biopsia hepática.
Así que el camino es largo, pero la buena noticia es que tu gato puede, en la mayoría de los casos, recuperar todas sus funciones.
Pronóstico
Un gran problema de esta enfermedad es que los propietarios de gatos no se dan cuenta de los síntomas hasta que el gato se encuentra en una fase crítica.
Cuando se conoce la causa directa de la lipidosis, las posibilidades de recuperación aumentan considerablemente.
Si se desconoce la causa principal de la lipidosis, el pronóstico es menos positivo.
Algunas de las causas más frecuentes que impiden a un gato comer debido al dolor son los problemas dentales.
Algunas causas de la anorexia son a veces emocionales: la introducción de un nuevo animal en la familia, por ejemplo.
La lipidosis es más frecuente en gatos obesos.
Si su gato está gordo, debe perder gradualmente los kilos de más y alimentarlo con una dieta equilibrada.
Si sospecha que su gato padece lipidosis felina, puede realizarle un chequeo completo y los exámenes clínicos necesarios en nuestras instalaciones.
También queremos recordarle que en caso de necesidad y urgencia Clínica La Veterinaria está siempre abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y con un servicio de urgencias de 20 a 8 horas.
Por la alegría de verlos FELICES.