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La polilla procesionaria, un insecto lepidóptero perteneciente a la familia Notodontidae, es un insecto altamente destructor que durante la fase larvaria se caracteriza por su espesa pilosidad urticante.
Perros, gatos e incluso caballos, al olisquear el suelo o pastar en la hierba, corren el riesgo de ingerir pelos con consecuencias a veces fatales.
La prudencia aconseja no tocar nunca las orugas de la procesionaria ni abrir sus nidos.
El sentido común también dicta que hay que mantenerse alejado de pinos y robles durante los paseos.
Y si la intercepta inesperadamente en las inmediaciones, aléjese inmediatamente de las zonas infestadas.
Cómo saber si es procesionaria
Los nidos de la procesionaria, donde hibernan las larvas, son reconocibles incluso a distancia: tienen forma piriforme y son de color blanco brillante.
Se les puede “ver” colocados en las cimas y los vértices de las ramas de pinos y robles.
El periodo durante el cual las larvas de la procesionaria abandonan sus nidos comienza a principios de marzo y dura al menos hasta finales de abril.
Las larvas descienden por el tronco hasta el suelo en fila marchando en “procesión” en busca de un lugar idóneo donde enterrarse para tejer el capullo y transformarse de crisálida en polilla.
Pelos urticantes y ácido fórmico: por eso es tan peligrosa la procesionaria
Debido a su forma ganchuda, los pelos se “enganchan” a las mucosas, los ojos y las vías respiratorias de la desafortunada persona de turno, provocando reacciones cutáneas inmediatas y graves.
Esto ocurre porque los pelos están empapados de ácido fórmico, una sustancia fuertemente cáustica que las orugas segregan por sus glándulas para defenderse de los depredadores naturales.
Qué daños causa la procesionaria y qué síntomas provoca
En primer lugar, una salivación repentina e intensa provocada por el proceso inflamatorio de la boca, el esófago y el estómago.
Con el paso de los minutos, la lengua puede hincharse hasta tal punto que el animal puede incluso morir asfixiado.
En otros casos, los pelos urticantes, debido al proceso de destrucción del tejido celular de la propia lengua, pueden provocar la necrosis total o parcial de las zonas afectadas.
Otros síntomas relevantes son fiebre, rechazo de la comida, vómitos e incluso diarrea hemorrágica.
Lo que la procesionaria hace a perros y gatos
En el desafortunado caso de que su perro entre en contacto con la oruga asesina de la procesionaria, debe actuar lo antes posible.
Una operación de primeros auxilios que puede resultar muy útil es eliminar los pelos residuales de la cavidad bucal.
Para ello, se lava abundantemente la boca del animal con agua, teniendo la precaución de utilizar guantes de látex para evitar tocar los pelos urticantes.
Es de suma importancia llevar al animal al veterinario lo antes posible: ¡sólo una acción rápida puede salvarle la vida!
Los daños causados por el contacto con los pelos de la procesionaria también pueden ser muy graves para las personas
En caso de contacto con la piel, se producen erupciones dolorosas, que luego pueden extenderse por todo el cuerpo debido a la muda de pelo facilitada por el sudor y el roce de la ropa.
En caso de contacto con los ojos, la consecuencia inmediata es la aparición de una conjuntivitis dolorosa.
Peor aún en caso de inhalación o ingestión: los pelos irritan las vías respiratorias e inflaman las mucosas.
El control de plagas protege contra la procesionaria: estos son los remedios
La desinfestación de las orugas de la polilla procesionaria es obligatoria en Italia desde 2008, cuando se comprobó que su presencia supone una grave amenaza para la salud de personas y animales y para la supervivencia de diversas especies arbóreas.
Estos son los remedios para erradicar las peligrosísimas orugas:
-Pesticidas, rociando las larvas directamente
-Pegamento entomológico, para aplicar a los troncos.
– Insecticidas biológicos, como la bacteria Bacillus Thuringiensis Kurstaki, que paraliza las larvas al dañar sus centros nerviosos.
-Trampas de feromonas que atraen a los machos e impiden así su encuentro con las hembras y, por consiguiente, la fecundación y la reproducción.
Por supuesto, estas intervenciones deben ser llevadas a cabo por profesionales del control de plagas.
A este respecto, le instamos a que desconfíe de los métodos de bricolaje y no recurra al uso de sustancias populares tradicionales, que con el tiempo han demostrado ser peligrosas en su manipulación y uso, especialmente en presencia de niños y animales, así como nocivas para el medio ambiente.
Aclare sus dudas y recelos acudiendo sólo a especialistas y médicos veterinarios: una información correcta y una actuación rápida suelen ser el “salvavidas” en casos de necesidad y urgencia.
En este sentido, le recordamos que la Clínica la Veterinaria está siempre abierta, todos los días incluidos los festivos, y dispone de un servicio de urgencias de 20:00 a 8:00 horas.
Por la alegría de verlos FELICES