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El 17 de noviembre se celebra el Día del Gato Negro
El gato negro, al que se atribuyen poderes místicos desde la antigüedad, siempre ha sido protagonista de mitos, leyendas, supersticiones, pero también de persecuciones crueles e injustas.
En los siglos de la Edad Media existía en toda Europa una auténtica caza del gato
En Europa, desde el año 1000 hasta el 1700, miles de gatos (especialmente negros) fueron sacrificados porque se creía que eran criaturas demoníacas.
Para contrarrestar los rituales paganos en los que los gatos, y en particular el gato negro, eran objetos de culto, el Papa Gregorio IX llegó a promulgar una bula.
Con este documento, autorizó el exterminio, en nombre de Dios, de todos los gatos por considerarlos enemigos de la fe y encarnación del maligno.
Una cosa es cierta y evidente: los gatos son los protagonistas indiscutibles del imaginario colectivo y de la cultura en todos los rincones del mundo.
Día del Gato y curiosidades de todo el mundo
Si frecuenta restaurantes japoneses, seguro que se ha fijado en la siempre presente estatuilla de un gato con una pata levantada en señal de invitación o saludo.
Pues bien, cuenta una leyenda japonesa que un samurái, mientras cazaba cerca de un templo, se fijó en un gatito que le hacía señas con la pata para que se acercara.
Intrigado, el guerrero se dirigió hacia el gato y, un instante después, un rayo atravesó el aire e impactó contra el mismo árbol junto al que se encontraba un momento antes.
El samurái se dio cuenta de que el gato acababa de salvarle la vida.
Así nació la costumbre de colocar una estatuilla del Maneki Neko, así se llama el gato, en la entrada de las casas o negocios como talismán de buena suerte.
En Japón se organiza incluso un festival anual dedicado a Maneki Neko el 29 de septiembre.
En el ámbito del folclore japonés, también tenemos la leyenda del gato Bakeneko
El Bakeneko es una criatura sobrenatural que se parece a un gato normal, pero de mayor tamaño.
Tiene la capacidad de caminar sobre sus patas traseras, de crear bolas de fuego espectrales y de adoptar rasgos humanos conservando rasgos felinos.
En las Islas Británicas encontramos a los Cait Sith
Los avistamientos reales de esta variedad se atribuyen a la raza escocesa Kellas, un cruce entre un gato doméstico y uno salvaje.
Es un felino grande, todo negro con una gran mancha blanca en el pecho.
Los irlandeses creían que era una criatura de hadas.
Los escoceses, por su parte, creían que era una bruja capaz de convertirse en gato nueve veces; la novena y última vez seguiría siendo definitivamente un gato.
También en Escocia tenemos el gato orejudo, descendiente de Irusan, el Rey de los Gatos; éste, según la tradición, era capaz de conceder cualquier deseo.
México y Estados Unidos: el gato cactus
En los desiertos del norte de México y el suroeste de Estados Unidos también planea una leyenda felina, la del gato de los cactus.
La historia habla de un gato que en lugar de pelaje tiene espinas y en lugar de garras tiene cuchillas con las que destroza cactus y luego se bebe sus jugos fermentados, es decir, alcohol puro, días después.
Una vez borracho de zumo de cactus y podrido, el gato vaga por el desierto para recuperar la sobriedad, dañando cosas e incluso golpeando a la gente.
Ya sean extraños o inverosímiles, los mitos y las leyendas siempre tienen algo de verdad.
En el caso de los gatos, una cosa es innegable: a estos intrigantes animales se les atribuyen habilidades extraordinarias.
Pero, ¿qué hace que los gatos sean evocadores, magnéticos y especiales?
Los gatos poseen un sexto sentido del que carecemos los humanos, pero no se trata de poderes mágicos, sino de una sensibilidad absolutamente única que les permite percibir incluso lo invisible.
Sus bigotes, las “vibrisas“, constituyen un órgano sensorial fundamental con el que perciben su distancia a los objetos, pero también la posición y el movimiento de otros humanos y no humanos antes incluso de haberlos visto.
La frontera entre la verdad y la leyenda reside, pues, en la extrema sensibilidad que poseen los felinos.
Los gatos poseen una capacidad innata para percibir vibraciones invisibles e incomprensibles para los sentidos humanos, desgraciadamente poco desarrollados.
Todavía tantos prejuicios y supersticiones absurdas
La creencia de que el gato negro trae mala suerte y muchos otros tópicos sobre el carácter y el comportamiento del gato, al que a menudo se acusa de indiferencia y oportunismo, siguen estando muy extendidos hoy en día.
El eterno dilema que divide: ¿son los gatos fríos y oportunistas o afectuosos y desinteresados?
Los gatos adoran la compañía humana y también pueden sufrir mucho la ausencia de las personas a las que se encariñan.
Los lugares comunes surgen del desconocimiento del lenguaje de los gatos y de expresiones no verbales que a menudo se malinterpretan.
Algunos gatos se adaptan a las muestras de afecto de los humanos, pero los besos y los abrazos no suelen formar parte de las muestras normales de amor.
Mimos sí pero a su discreción y sin exagerar
Las reacciones, respuestas y estados de ánimo de los gatos varían en función de los estímulos que les proporciona su entorno, sus experiencias, su estado físico y mental y la calidad de vida que experimentan.
Por lo tanto, no espere que un gato tenga las mismas muestras de afecto que los perros, las personas o cualquier otro animal.
Tampoco es justo ni lógico decir que los gatos no quieren a los humanos o no tienen sentimientos sólo porque no se comportan como los perros o como nosotros.
Es importante respetar sus preferencias y costumbres y, sobre todo, no decepcionarse cuando expresen su descontento de forma clara y asertiva.
Los gatos no los regañan, pero los malentendidos siempre surgen de nuestra incapacidad para comprenderlos y aceptarlos como son.
Si desea obtener más información sobre este tema, sepa que los médicos veterinarios de nuestra plantilla están siempre a su disposición.
Solicite una consulta con nuestros especialistas en comportamiento para comprender mejor el lenguaje de su gato.
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