Burmilla, la gata de brillante pelaje plateado
El gato Burmilla es el resultado de un cruce accidental entre un Birmano y un Persa.
Las crónicas cuentan que una noble inglesa, la baronesa Miranda Von Kirchberg, compró un macho de chinchilla persa (es decir, blanco plateado) llamado Jemari Sanquist como mascota para su marido.
Sanquist, por un azar fortuito, escapó al control de sus humanos y, entre incursiones, conoció a una hembra lila birmana, Lilla Fabergé, con la que se apareó.
El fruto de esta “historia de amor felino” fue una camada de cuatro hembras.
Los cachorros, que nacieron en Inglaterra el 11 de septiembre de 1981, tenían las características físicas de su madre birmana y un pelaje similar al de su padre, pero de un tono plateado brillante y resplandeciente.
De ahí el nombre Burmilla, que es una contracción de Burmilla y Chinchilla.
Del apareamiento accidental a la reproducción
La asombrosa belleza de estos cachorros no dejó indiferentes a los criadores.
En 1984 se fundó el“Club del Gato Burmilla” y a partir de entonces se emprendió un programa de cría.
El reconocimiento por parte de la “FiFe” (“Fédération Internationale Féline”) tuvo lugar en 1996.
Así pues, el Burmilla es la última de las razas felinas por orden cronológico en inscribirse en el registro de gatos de raza de la Asociación de Aficionados a los Gatos (CFA).
El aspecto elegante y refinado del gato Burmilla
El Burmilla es un gato de tamaño mediano a grande, de complexión musculosa y armoniosa.
La cabeza es redonda, con las mejillas llenas y la frente ligeramente arqueada.
Las orejas son de tamaño mediano, ligeramente redondeadas en las puntas.
Los ojos son grandes y redondos, de color verde o ámbar.
Uno de los aspectos más notables de la Burmilla es su pelaje, sedoso y suave al tacto.
El pelaje existe en dos longitudes diferentes: de pelo semilargo, conocido como “tiffanie”, y de pelo corto.
Puede presentarse en distintos tonos de color, pero la combinación más habitual es entre el gris plateado y una variedad de tonos beige y crema.
Esta coloración particular, junto con el “tipping” (es decir, la coloración más oscura de las puntas del pelaje), confiere a la Burmilla un aspecto elegante y refinado.
El Burmilla es conocido por su carácter afectuoso y sociable
La sociabilidad del Burmilla es uno de sus rasgos distintivos: a estos gatos les encanta relacionarse con la gente y no desdeñan la atención.
Están especialmente apegados a sus humanos y tienden a seguirlos a todos los rincones de la casa.
Inteligentes y curiosos, se adaptan fácilmente a la vida doméstica, pero siguen siendo “exploradores”, por lo que es importante proporcionarles un espacio adecuado para moverse y jugar.
Patologías recurrentes en Burmilla
Los gatos Burmilla, como muchas otras razas, pueden estar predispuestos a trastornos genéticos específicos.
Una de las enfermedades más frecuentes es la miocardiopatía hipertrófica, una afección cardiovascular que afecta al músculo cardiaco, haciéndolo más grueso y rígido.
Este problema puede provocar una serie de complicaciones, incluida la insuficiencia cardiaca.
Es esencial someter a los Burmillas a revisiones veterinarias periódicas para controlar su salud cardiaca.
Otra enfermedad a la que puede ser propenso Burmilla es la displasia de cadera, que puede afectar a la movilidad y causar dolor.
Debido a su complexión robusta, los Burmilla suelen gozar de buena salud, pero es importante proporcionarles una dieta equilibrada y controlar su peso para evitar la obesidad, que puede agravar los problemas articulares y cardíacos.
También es importante mantener una buena higiene bucal, ya que los gatos son susceptibles de padecer enfermedades dentales que pueden afectar a su salud general.
Para revisar a tu Burmilla y programar revisiones periódicas exhaustivas, ponte en contacto con los médicos veterinarios de nuestra plantilla, que están siempre a tu disposición.
Además, le recordamos que la Clínica La Veterinaria está siempre abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y dispone de un servicio de urgencias de 20:00 a 8:00 horas.