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Si su perro o gato tiene “piedras en el riñón”, no significa que sea bueno en matemáticas, sino que no puede excretar determinadas sales minerales con el pis.
Si quiere evitar que se encierre, arriesgue su vida y tenga que ser operado de urgencia, aprenda a reconocer los síntomas de esta insidiosa enfermedad.
Los cálculos renales en perros y gatos se forman en el tracto urinario cuando la orina tiene altas concentraciones de sales minerales que no se disuelven y no se excretan con la micción como debería ser normalmente.
Los cálculos renales en perros y gatos pueden dar lugar a un cuadro clínico bastante complicado y comprometer la calidad de vida de su mascota.
Los cristales de sal mineral, al agregarse, forman cálculos que pueden ser de tamaño microscópico o tan grandes que incluso ocupan las cavidades del interior de los riñones.
La enfermedad se denomina nefrolitiasis o urolitiasis y los términos indican la presencia de cálculos en los riñones y las vías urinarias, respectivamente.
¿De qué sales minerales se forman las piedras?
- estruvita: formada por iones fosfato, amonio y magnesio
- oxalato cálcico: junto con el oxalato de estruvita son los más comunes en perros y gatos
- urato de amonio: son mucho menos frecuentes, pero su presencia suele ir unida a una enfermedad hepática
¿Cuáles son las causas que contribuyen a su formación?
Además del pH de la orina, la hidratación y la nutrición del perro o gato también contribuyen a su formación.
Además, los cálculos también pueden estar causados por infecciones urinarias o renales, por la toma de medicamentos, por la edad o por la propia predisposición racial del animal.
Razas de perros y gatos más propensas a la formación de cálculos renales
Entre los gatos, los birmanos y los persas son especialmente propensos a la formación de cálculos de oxalato.
Los perros pequeños, como el Bichon Frisé, el Schnauzer enano, el Shih Tzu y el Yorkshire Terrier, son propensos a los cálculos urinarios.
El dálmata presenta un mayor riesgo de cálculos de urato amónico debido a una anomalía genética que no permite descomponer los ácidos úricos.
Los ejemplares masculinos son más propensos a los cálculos urinarios que las hembras debido a la conformación anatómica de la uretra, que va desde la vejiga hasta la punta del pene y, por tanto, es larga, muy fina y se obstruye con facilidad.
El riesgo aumenta en individuos con sobrepeso y esterilizados.
¿Qué síntomas presentan los perros y gatos que padecen cálculos?
- si el animal se esfuerza cuando tiene que orinar, intentándolo varias veces sin éxito, es probable que sienta dolor
- o puede experimentar incontinencia urinaria anormal causada por la distensión de la vejiga
- como los cálculos provocan microlesiones en las vías urinarias, pueden aparecer gotas de sangre en la orina (hematuria)
Micción frecuente, aumento de la sed, infecciones urinarias recurrentes, falta de apetito, vómitos, pérdida de peso y dolor abdominal son otros síntomas que pueden atribuirse a la presencia de cálculos.
La presencia de cálculos pone en grave riesgo la salud de perros y gatos
Los cálculos pueden obstruir el flujo de orina e inflamar los riñones: una obstrucción urinaria es una urgencia grave que puede incluso resultar mortal.
Del examen de la muestra, su veterinario obtendrá una serie de datos útiles para diagnosticar la enfermedad: densidad y pH de la orina, presencia de sangre o infección.
Una ecografía abdominal o una radiografía también permiten visualizar la presencia, la localización exacta y el tamaño de los cálculos.
Cómo tratar los cálculos renales en perros y gatos
El tratamiento depende de la sintomatología, la localización y el tamaño y puede ser de dos tipos:
- Dieta específica acompañada de antibiótico. El objetivo es disolver los cálculos y favorecer su expulsión, evitando al mismo tiempo la infección. Existen croquetas o alimentos médicos en el mercado.
- Intervención quirúrgica en los casos más graves, con cálculos de gran tamaño que son muy difíciles de expulsar, no se disuelven o causan dolor intenso o daños al animal, como una obstrucción de las vías urinarias: en estos casos deben extraerse inmediatamente.
Los cálculos pueden reaparecer incluso después de haber sido eliminados, por lo que es crucial prevenir su formación.
Cómo prevenir la formación de cálculos renales en perros y gatos
La primera acción preventiva consiste en aumentar la cantidad de agua ingerida por el animal.
Asegúrate de que tu perro o gato dispone siempre de la cantidad adecuada de agua fresca cada día y limpia siempre el cuenco para minimizar el riesgo de proliferación bacteriana.
Si el animal no consume suficiente líquido durante el día, añada agua a las croquetas y complemente su dieta con comida húmeda para garantizar una mayor ingesta de líquidos.
Una dieta adecuada ya es una forma de prevención
Los alimentos excesivamente ricos en calcio, magnesio, fósforo y proteínas aumentan la concentración de minerales y proteínas en la orina.
Los perros y gatos deben consumir alimentos bajos en estos nutrientes (sin provocar carencias) para prevenir la formación de cálculos y ayudar a disolver los muy pequeños si ya están presentes.
Cómo equilibrar los nutrientes en la alimentación casera
Consulte a un experto en nutrición animal para asegurarse de que las comidas contienen vitaminas y minerales en cantidades equilibradas.
También existen suplementos específicos (disponibles en pastillas, cápsulas o comprimidos masticables) que pueden mejorar la salud del tracto urinario de tu perro o gato, pero consulta siempre a tu veterinario antes de administrarlos.
Venga a vernos aunque sólo sea para una consulta preventiva: los médicos veterinarios de nuestra plantilla están siempre a su disposición para evaluar el estado de salud de su perro o gato y, si es necesario, su amigo de cuatro patas puede someterse directamente en las instalaciones a todos los exámenes específicos que requiera el caso.
Le recordamos que la Clínica La Veterinaria está abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y dispone de un servicio de urgencias de 20 a 8 horas.
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