Además de perros y gatos, otros animales viven con nosotros en casa: roedores, pájaros, peces o anfibios. El calor y el consiguiente golpe de calor también pueden ser letales para estas poco convencionales mascotas suyas.
El bochorno y el calor son un problema preocupante: los animales sienten las altas temperaturas, pero no tienen la posibilidad de eliminar el calor mediante el sudor.
Por eso es prioritario vigilar el estado de los animales en el hogar, garantizando unas condiciones óptimas para que no sufran calor, hipertermia e insolación.
Falta de aliento, lentitud de movimientos, mareo, letargo y pérdida de conciencia son los síntomas que anuncian un golpe de calor.
Si observas alguno de estos comportamientos, llama inmediatamente a tu veterinario.
Para evitar que el calor y el bochorno sean una mezcla letal para tus mascotas, que podrían ser víctimas de un golpe de calor, es importante seguir algunas normas básicas que se aplican al bienestar de todos tus “compañeros de casa”:
-Evita exponer directamente a tus amiguitos al chorro de aire del aparato de aire acondicionado.
-Una temperatura constante y agradable, normalmente entre 22 y 24 grados. Suficiente para la comodidad y la relajación
-Deje siempre agua fresca a su disposición
-Vigila constantemente su estado de salud
Proteger a perros y gatos de los golpes de calor
Los perros y gatos mayores y con sobrepeso son los que más sufren el calor.
En cuanto a la perrosel llamado brachycephali (carlino, bulldog inglés, bouledogue francés, bóxer, shih tzu, pequinés, boston terrier, corso), es decir, todos aquellos ejemplares de cabeza corta y hocico aplanado, son los que corren mayor riesgo, ya que por su naturaleza y conformación ya están sujetos a la obstrucción de las vías respiratorias.
En cuanto a los gatos, las razas que corren más riesgo en verano son los persas, los exóticos y los himalayos.
Haga que su perro o gato se sienta cómodo en su casa con unas sencillas medidas:
-Coloque la caseta en la zona más fresca, ventilada y sombreada de la casa.
-Confinar a perros y gatos en habitaciones sin ventilación y perpetuamente soleadas equivale a dejarlos encerrados en el coche.
-Mantén las persianas bajadas y cierra las cortinas durante las horas más calurosas del día.
-Intente elevar la caseta unos centímetros del suelo: la ausencia de contacto directo con el suelo o la tierra facilitará la circulación y el intercambio de aire.
-Refrescar al animal frotándole el cuello, la cabeza, las axilas y la región inguinal con un paño húmedo (NUNCA UTILIZAR HIELO NI AGUA HELADA).
-Crea una zona de confort fresca. Existen en el mercado colchonetas refrigerantes, específicas para animales, resistentes a los pinchazos y rellenas de geles no tóxicos; colocadas bajo la almohada donde duerme el animal, mantienen su temperatura corporal por debajo del nivel crítico.
Una alternativa “casera” es la clásica bolsa de hielo o bolsas de congelación que se llenan de agua y se envuelven en un paño.
Evite los rellenos con refrigerantes químicos: aunque son inofensivos para los humanos, el gato o el perro podrían confundirlos con un juguete, morderlos, ingerir el contenido y envenenarse.
-Siempre deben estar disponibles uno o más cuencos con agua. Cambia el agua con frecuencia para evitar el sobrecalentamiento o el estancamiento. Un pequeño truco para mantenerlo fresco es mojar unos cubitos de hielo en él.
-No saque al perro a pasear durante las horas de más calor. Además del golpe de calor, el animal puede quemarse las patas con el asfalto caliente.
-Lleve siempre consigo una pequeña botella de agua y un cuenco y si durante un paseo nota que su perro respira con dificultad, jadea y camina con dificultad deténgase inmediatamente y déjele descansar en un lugar a la sombra y déle agua fresca a su debido tiempo.
En los animales, el pelaje cumple una función térmica: mantiene constante la temperatura corporal.
El pelo actúa como filtro de los rayos solares y aísla la piel del sobrecalentamiento externo.
Por lo tanto, NO SE DEBE DISPARAR ABSOLUTAMENTE a perros ni a gatos.
Proteger a los roedores de los golpes de calor
No sólo perros y gatos: cada vez más gente elige roedores como mascotas.
Los hogares de los italianos están cada vez más poblados de perritos de la pradera, cobayas, chinchillas, conejos, hámsters, jerbos, ratas, ratones y ardillas.
Los pequeños roedores domésticos requieren tanta atención como los perros y los gatos, y no por ser pequeños son menos exigentes.
También ellos, a pesar de su pequeño tamaño, son propensos a los golpes de calor.
Coloque la jaula en un lugar protegido del sol y ventilado.
Excluye, sin embargo, los lugares húmedos y la cocina: los olores especialmente penetrantes molestan a los roedores.
Cree rincones frescos alrededor de la jaula colocando botellas de agua helada en el exterior.
Al no entrar en contacto con el hielo, tu amigo roedor sentirá el frescor y se aliviará del bochorno, evitando la insolación.
A los roedores no les gusta el agua y no se les debe regar en absoluto. NUNCA.
Más bien humedézcase las manos y humedézcase las orejas desde el nacimiento del pelo hasta la punta.
Las orejas de los roedores son ricas en vasos sanguíneos y actúan como termorreguladores: mantenerlas frescas garantiza una temperatura corporal más baja.
El agua de los cuencos y bebederos debe estar siempre fresca y limpia, por lo que debe cambiarse con frecuencia a lo largo del día.
Los alimentos frescos, ricos en agua y vitaminas, complementados con hierba y heno, garantizan la correcta hidratación de su pequeño roedor.
Por tanto, la ensalada (romana, rizada, belga), la escarola, la endibia, la valeriana, el pepino, el calabacín y el tomate son bienvenidos.
Proteger a las aves del golpe de calor
¿Su mascota es un pájaro? Sepa que las aves dispersan el calor a través de la vasodilatación, pero también mediante otro mecanismo poco conocido, el llamado
aleteo golar
.
Consiste en movimientos oscilatorios rápidos del paladar y de la parte superior de la garganta. El bochorno de nuestros amigos emplumados puede combatirse con baños y fruta fresca.
Mantenga la pajarera a la sombra: la exposición directa al sol puede provocar insolación.
En verano, la jaula o la pajarera deben limpiarse y desinfectarse con más frecuencia de lo habitual.
El clima más cálido crea condiciones favorables para el establecimiento de gérmenes y bacterias nocivos.
Utilice un vaporizador lleno de agua para “duchar” al pájaro. Humedecer suavemente su plumaje le hará muy feliz.
Prepare una bañera con agua a temperatura ambiente para bañarse, de modo que pueda refrescarse siempre que se sienta excesivamente caliente.
Conserva la fruta fresca (melón, naranjas, mandarinas, cerezas, sandía, fresas, plátanos), pero retira SIEMPRE los restos de comida, que se ponen rancios rápidamente con el calor.
Proteger el acuario de una insolación
Los peces y anfibios que alojamos en nuestras casas suelen proceder de lugares donde las temperaturas en verano suelen ser menos tórridas que aquí.
Si tienes un sótano, traslada allí el acuario o terrario.
En estos entornos, la humedad y las temperaturas son más favorables a los hábitos de vida de peces y anfibios.
Como alternativa, utilice ventiladores de acuario o ventiladores.
Equipados con ventosas o abrazaderas, se anclan al borde de la piscina con la función de enfriar la superficie del agua y bajar unos grados la temperatura.
Desenchufa y quita el termostato; puedes reactivarlo entre septiembre y octubre.
En los meses de verano, la temperatura del agua en un acuario plano supera ampliamente los 27-28 grados.
Reduzca las horas de iluminación artificial: esto también reducirá el calor dentro del tanque.
Dejar la tapa del acuario abierta: para mejorar la ventilación y reducir ligeramente el calor, es un remedio eficaz.
Rellene el agua evaporada pero no utilice hielo.
Las zonas muy frías y los cambios bruscos de temperatura pueden ser extremadamente peligrosos o incluso letales para peces y anfibios.
Tanto si tu mascota es peluda, escamosa, con plumas o aletas, recuerda que en la Clínica Veterinaria también puedes reservar reconocimientos especializados para animales poco convencionales. Siempre encontrará personal altamente especializado para recibirle y ayudarle.
Asimismo, le recordamos que La Clínica Veterinaria está abierta las 24 horas del día, festivos incluidos, y dispone de un servicio de urgencias de 8 a 20 horas.
Por la alegría de verlos FELICES.