Piometra en la perra: cómo reconocer los síntomas de esta peligrosa infección uterina potencialmente mortal.
La piometra es una enfermedad que afecta al aparato reproductor de las perras no esterilizadas.
Consiste en una acumulación de pus que, si no se diagnostica y trata a tiempo, puede ser incluso mortal.
Esta patología puede aparecer en cualquier raza y en cualquier grupo de edad.
En las gatas, la incidencia de la piometra es menos frecuente, pero sigue estando presente.
¿Por qué se produce la piometra?
La perra entra en celo dos veces al año.
La progesterona producida durante la ovulación prepara el útero para el embarazo, provocando su engrosamiento.
Pero si no se produce el embarazo, el revestimiento uterino sigue aumentando de grosor hasta formar quistes.
Es precisamente la falta de regeneración uterina que se produce normalmente durante la gestación lo que predispone a la perra a la piometra.
Así, tras el final de cada celo, se crean en el útero unas condiciones hormonales que pueden ser favorables a la proliferación de bacterias ya presentes de forma natural en el útero o procedentes del exterior a través del cuello uterino.
El cuello uterino es la puerta del útero
Si el útero es normal, el entorno es desfavorable para la supervivencia bacteriana.
Sin embargo, cuando la pared uterina está engrosada y enquistada, se dan las condiciones ideales para el crecimiento bacteriano.
La principal bacteria responsable de esta enfermedad esla Escherichia coli, que presenta una marcada susceptibilidad a los receptores de la mucosa uterina.
¿Cuántos tipos de piometra existen?
Existen dos tipos de piometra, la de cérvix abierto y la de cérvix cerrado.
La piometra de cérvix abierto se produce cuando el pus producido en el útero sale al exterior a través de la vagina, por lo que la perra presenta un flujo vaginal que contiene pus y sangre.
En la piometra con cuello uterino cerrado, el pus no puede salir y se acumula en el útero, dilatándolo progresivamente.
Síntomas de la piometra
Si la secreción no está presente y es visible, los síntomas referibles a la piometra son un estado de malestar general en la perra que se manifiesta por falta de apetito, apatía, vómitos, un aumento brusco de las necesidades de agua, seguido de un aumento (en frecuencia y cantidad) de la micción.
La gravedad de la enfermedad depende de las toxinas liberadas por la bacteria.
Absorbidas a través del sistema circulatorio, las bacterias provocan una intoxicación sistémica, que también se caracteriza por alteraciones en los glomérulos renales, predisponiendo a una eventual insuficiencia renal.
Cuando se rompe la pared uterina, se produce un estado de septicemia que puede provocar un shock y la muerte en muy poco tiempo.
Cómo se diagnostica la piometra en la perra y cómo interviene el veterinario
El diagnóstico se basa en la asociación de la anamnesis, la sintomatología y las investigaciones diagnósticas.
De estas últimas, la ecografía aporta la certeza del diagnóstico, ya que permite determinar el tamaño del útero, el grosor de sus paredes y la presencia de pus acumulado en su interior.
El tratamiento de la piometra es quirúrgico e implica la extirpación completa del útero y los ovarios.
¿Cómo prevenir la piometra?
La única forma de prevenir esta enfermedad es esterilizar a la perra después del primer celo, una vez que haya alcanzado la madurez sexual.
La esterilización también reduce la probabilidad de desarrollar tumores mamarios.
Los riesgos de la cirugía en sujetos sanos son muy mínimos y en términos de prevención y protección del perro, los beneficios son máximos.
En este sentido, le recordamos que los médicos veterinarios de nuestra plantilla están siempre a su disposición para ofrecerle los consejos y orientaciones que necesite para el correcto manejo de su perro.
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