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El síndrome de Cushing se origina cuando la hipófisis o las glándulas suprarrenales del perro funcionan mal y producen un exceso de cortisol.
Es una enfermedad que se da con cierta frecuencia en perros mayores de 6 años.
¿Su perro viejo bebe mucho, orina mucho y siempre tiene hambre? Puede haber desarrollado el síndrome de Cushing.
El síndrome de Cushing se origina cuando la hipófisis o las glándulas suprarrenales del perro funcionan mal y producen un exceso de cortisol.
El síndrome de Cushing debe su nombre al neurocirujano que lo identificó por primera vez en 1932, el Dr. Harvey Cushing.
El Dr. Cushing describió por primera vez este síndrome relacionado con la presencia de “células anormales” en la hipófisis o glándula pituitaria.
Hipófisis y glándulas suprarrenales
Las glándulas suprarrenales son dos pequeñas glándulas situadas cerca de los riñones, la hipófisis es una glándula situada en el interior del cráneo.
La hipófisis produce ACTH, una hormona que estimula las glándulas suprarrenales para que produzcan hormonas glucocorticoides, la más importante de las cuales es el cortisol.
En concreto, los glucocorticoides tienen varios efectos: mejoran la respuesta del organismo ante situaciones de estrés, aumentan la concentración de azúcar en sangre y modifican el metabolismo óseo y muscular.
Por ello, es un síndrome que puede causar enfermedades secundarias muy graves e incluso la muerte del animal si no se diagnostica correctamente y se trata adecuadamente.
Existen varios tipos de síndrome de Cushing
El síndrome de Cushing es bastante frecuente en perros y raro en gatos.
- Hipofisario-dependiente: es la forma más frecuente, cuya causa es la presencia de un tumor hipofisario casi siempre benigno.
Afecta principalmente a perros de edad avanzada, con una incidencia del 85%.
La hipófisis sobreestimula las glándulas suprarrenales y éstas empiezan a producir demasiado cortisol.
Esta condición de aumento de las glándulas suprarrenales se produce durante el cribado.
- Surrenodependiente: forma muy rara, debida también a la presencia de un tumor localizado en las glándulas suprarrenales.
En este caso y sin el estímulo de la hipófisis, son las propias glándulas suprarrenales las que producen una cantidad excesiva de cortisol.
Suele ser unilateral, es decir, sólo afecta a una glándula mientras que la otra funciona con normalidad.
- Iatrogénico: en algunos casos, el síndrome está causado por la administración excesiva y prolongada de medicamentos a base de cortisona.
En este caso, el síndrome es reversible y remite con la reducción gradual de los fármacos que lo provocaron.
El síndrome de Cushing es muy complejo y se manifiesta con una amplia gama de síntomas
Suele afectar a perros mayores de 6 años, con predilección por los animales pequeños.
Dado que los síntomas aparecen de forma progresiva, el grave error que se suele cometer es atribuirlos al proceso normal de envejecimiento del perro.
Los síntomas más comunes: mucha sed y ganas de orinar.
Inicialmente y en casi todos los casos de síndrome de Cushing canino, el síntoma más común es el aumento del consumo de agua y el aumento significativo de la diuresis (polidipsia y poliuria).
Y de nuevo, estos síntomas también están asociados con:
- aumento del apetito
- distensión abdominal
- infecciones urinarias
- ceguera
- cansancio y reticencia a hacer ejercicio
- atrofia muscular
- dermatitis y adelgazamiento de la piel
- caída del cabello
Especialmente la pérdida de pelo (alopecia canina), que suele comenzar en la zona del codo y continúa por las caderas y el abdomen, es uno de los motivos por los que los propietarios consultan al veterinario.
Diagnóstico del síndrome de Cushing
Se realiza combinando los signos clínicos con alteraciones en sangre, orina y pruebas de imagen (ecografía abdominal, TAC y resonancia magnética) y determinadas pruebas endocrinas.
¿Tratamiento quirúrgico o farmacológico?
En medicina humana, el tratamiento de elección en el caso de los tumores hipofisarios es la extirpación quirúrgica de la porción neoplásica de la glándula.
En cambio, en el perro, para estar seguro de extirpar completamente el tumor, es necesario extirpar la hipófisis en su totalidad.
Sea como fuere, el tratamiento pre y postoperatorio es especialmente complejo y no pueden excluirse las complicaciones, incluidas las neurológicas.
Por lo tanto, en casi todos los casos, el veterinario favorece el tratamiento farmacológico que implica la administración de fármacos específicos destinados a reducir la producción de cortisol.
Este tratamiento debe prolongarse durante toda la vida del animal, que debe someterse a revisiones periódicas.
Los controles periódicos regulares permiten al veterinario controlar la cantidad de cortisol producida y recalibrar la terapia si es necesario.
En nuestras instalaciones puede planificar las revisiones de su perro desde cachorro y programarlas con regularidad.
Y de nuevo, recuerde que en caso de necesidad y urgencia, nuestros Médicos Veterinarios de Staff están siempre disponibles: Clínica La Veterinaria está abierta todos los días h24 incluidos festivos y con un Servicio de Urgencias de 20h a 8h.
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