Verano: época de mar, sol, calor e insolación para los perros, así que ¡cuidado con tu amigo de cuatro patas!
Si a los humanos se nos permite ponernos la “ropa de verano” para combatir el bochorno, sepa que a los perros les resulta un poco más difícil soportar las altas temperaturas.
Veamos cómo, con unos sencillos cuidados, podemos garantizarles un verano sin preocupaciones, a salvo del riesgo de insolación.
Cómo evitar el golpe de calor en los perros
Para disfrutar de un verano tranquilo con su perro y prevenir los golpes de calor, basta con adoptar unas sencillas medidas de estilo de vida:
– Evite salir a pasear en las horas de más calor y, cuando decida hacerlo, lleve siempre un cuenco y una botella de agua fresca para refrescar a su perro del calor. Nota: ¡fresco, no frío!
– En la playa o en el parque, no le involucres en actividades especialmente extenuantes, sobre todo si el tiempo bochornoso es el principal. El verano es sinónimo de relajación; es mejor quedarse a la sombra de un árbol o una sombrilla y disfrutar del hermoso día al aire libre.
– Si el perro está acostumbrado a estar en el jardín, asegúrate de que siempre tenga una zona a la sombra durante el día.
– No deje nunca a su perro en el coche ni siquiera unos minutos. Y esto se aplica a todas las estaciones.
Perros con mayor riesgo de insolación
El golpe de calor en los perros puede ser más arriesgado para algunas personas, para las que son necesarias aún más precauciones:
– Los cachorros y los perros mayores son especialmente sensibles
– Perros con sobrepeso y con enfermedades crónicas o trastornos respiratorios
– Perros convalecientes y, por tanto, especialmente débiles
– Perros braquicéfalos: en esta raza se incluyen el carlino, el pequinés y los perros de “hocico aplastado”, que, por su constitución, son más propensos a las dificultades respiratorias.
Qué le ocurre a un perro que sufre un golpe de calor
La temperatura de tu amigo de cuatro patas aumenta (estado de hipertermia), se debilita y empieza a mostrar signos de letargo (fatiga y depresión); en casos graves puede sufrir un colapso.
La respiración se vuelve especialmente dificultosa. Es absolutamente normal que los perros jadeen más en verano, es un mecanismo para equilibrar la temperatura corporal y disipar el calor mediante la evaporación.
Pero siempre hay que tener cuidado si se trata de un “bocazas” habitual o si presenta anomalías, síntoma de un golpe de calor.
El perro puede volverse inquieto, tambalearse sobre sus patas y babear por la boca.
Qué hacer si sospecha un golpe de calor
En primer lugar, acude inmediatamente al veterinario y durante el trayecto pon en práctica estos trucos:
– Trasladar al animal a un ambiente fresco y ventilado, pero nunca con corrientes de aire.
– Mojar al perro con agua fresca, NUNCA FRÍA, en las patas, el cuello y la zona inguinal.
El golpe de calor es una urgencia y la vida del animal depende de su pronta actuación.
En este sentido, le recordamos que en caso de urgencia, la Clínica Veterinaria está abierta todos los días h4 incluidos festivos y con un Servicio de Urgencias de 20:00 a 8:00 horas.
Por la alegría de verlos FELICES.