El mastocitoma en perros es un tumor muy frecuente: aparece como un bulto cutáneo o subcutáneo y representa alrededor del 30% de todas las neoplasias. ¿Cómo reconocer un mastocitoma cutáneo en perros?
El mastocitoma se manifiesta por la aparición de un bulto cutáneo o subcutáneo bien circunscrito, duro, elevado, sin vello, de tamaño variable entre 0,5 y 2 a 3 cm y con tendencia a crecer más o menos rápidamente.
Si el bulto está ulcerado, provoca en el perro irritación hasta el punto de rascarse hasta lesionarse.
La localización prevalente es en el tronco, la zona perineal, las extremidades, la cabeza y el cuello del perro.
Las causas subyacentes del mastocitoma
El mastocitoma está causado por la hiperproliferación de mastocitos (MC), células naturales del sistema inmunitario que se encargan de activar respuestas defensivas contra microorganismos y otras moléculas extrañas.
Las causas asociadas al desarrollo del mastocitoma siguen siendo difíciles de evaluar, y se tiende a un enfoque multifactorial en el que la predisposición genética desempeña un papel importante.
La teoría más aceptada es una mutación genética en los mastocitos, en particular del gen C-Kit.
Los mastocitos mutados pierden sus funciones normales y degeneran en células neoplásicas.
De hecho, el mastocitoma en perros puede afectar a cualquier raza y a sujetos más o menos jóvenes.
Diagnóstico: el examen citológico
El veterinario realizará una radiografía de tórax, una ecografía abdominal y un examen citológico del bazo, el hígado y los ganglios linfáticos pertinentes mediante aspiración con aguja.
Observando al microscopio las células del material muestreado, el veterinario podrá determinar si se trata de un mastocitoma o de otra cosa, como un papiloma, por ejemplo.
Una vez diagnosticado el mastocitoma, se debe realizar la estadificación
Algunos mastocitomas en perros se comportan de forma indolente incluso durante años, otros son más agresivos y metastatizan rápidamente.
La estadificación es necesaria para evaluar la invasividad y diseminación de la neoplasia y permitir al veterinario valorar el tratamiento terapéutico más adecuado para el perro.
En la práctica, debe comprobarse si hay metástasis generalizadas en órganos internos (hígado, bazo) y si el tumor ya ha afectado a los ganglios linfáticos.
Tras el examen citológico, si es necesario, el veterinario procederá al examen histológico, que consiste en tomar pequeñas porciones de tejido del hígado y el bazo.
Terapia y tratamientos: cómo tratar a un perro con mastocitoma
La cirugía es el tratamiento de elección para la mayoría de los mastocitomas que no han hecho metástasis o que han hecho metástasis en el ganglio linfático regional.
El ganglio linfático regional es el que drena la linfa de esa región concreta del cuerpo del perro.
Además de extirpar el tumor primario, siempre es útil extirpar también el ganglio linfático centinela en el que se realizará el examen histológico y la estadificación.
Si la cirugía no es posible, por ejemplo cuando los nódulos son múltiples y no pueden extirparse por completo o la neoplasia ya ha hecho metástasis, es necesario recurrir a la quimioterapia.
Pronóstico
El pronóstico varía mucho en función del grado histológico del mastocitoma, el estado del ganglio linfático centinela y el resultado de la estadificación.
Una cosa es cierta: el diagnóstico precoz desempeña un papel decisivo.
Cualquier neoformación sospechosa o lesión cutánea nueva con tendencia a crecer y cambiar de forma que se detecte en su perro debe ser investigada inmediatamente por su veterinario.
Si desea que examinemos a su perro, póngase en contacto con los médicos veterinarios de nuestra plantilla, que están siempre a su disposición.
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