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“Si yo lo como, mi perro también puede comerlo”, es el razonamiento más erróneo y arriesgado que puedes hacer para la salud de tu amigo de cuatro patas.
De hecho, hay muchos alimentos que los humanos encontramos a diario en nuestras mesas y dietas que pueden ser problemáticos, si no letales, para nuestro amigo de cuatro patas.
Por eso tenemos cuidado al dar las sobras al perro, o cuando nos conmueven sus ojos lastimeros que anhelan un bocado fuera de tiempo al vernos comer vorazmente un tentempié.
No hay que olvidar nunca que el aparato digestivo humano es completamente distinto del del perro, por lo que deben tomarse precauciones especiales.
Alimentos nocivos para los perros
-Sincafé, té, otras bebidas excitantes o alcohólicas en la taza
La cafeína y la teína, además de provocar vómitos y diarrea, corren el riesgo de aumentar el ritmo cardíaco del perro hasta provocar temblores, inquietud, convulsiones y, en casos graves, la muerte.
Un cuenco de agua fresca es más que suficiente para refrescarle.
-Sinajo ni cebolla y no, no tiene nada que ver con el aliento
Una ingesta accidental no es grave, pero si se toman sistemáticamente estos alimentos pueden intoxicar al perro y provocarle anemia.
-La leche puede provocar diarrea y otros trastornos digestivos.
Trastornos que se dan sobre todo en perros adultos que ya no poseen las enzimas que, de cachorros, les permitían digerirla sin problemas.
-La carne, el pescado (que debe estar totalmente diluido) y los huevos deben evitarse a menos que estén cocinados.
Estos alimentos sólo deben consumirse cocinados para evitar el peligro de intoxicación por salmonela o escherichia.
¿Y los huesos y el pan? ¡Máxima atención!
Los más peligrosos son los de pollo, cerdo y cordero, que, al romperse y volverse especialmente afilados, pueden desgarrar el estómago del perro.
Se prefieren huesos especialmente grandes, por lo tanto difíciles de astillar, y sólo de ganado vacuno.
Dale a Fido unos trozos de pan si le gusta, pero asegúrate de que lleve unos días duro para que sea más digerible y útil para fortalecer las encías.
También hay que tener cuidado con todas las frutas que contienen semillas o huesos
Si se ingieren, pueden provocar una obstrucción intestinal que, si no se diagnostica a tiempo, puede ser mortal.
También se recomienda no alimentar nunca al perro con aguacates.
Por extraño que parezca, incluso la jugosa y suculenta uva es peligrosa para los perros: puede provocarlesinsuficiencia renal.
También deben evitarse verduras como la col; las setas, incluso las aptas para el consumo humano, también son tóxicas.
Chocolate y dulces totalmente prohibidos
Incluso tu favorito tiene derecho a un dulce descanso de vez en cuando, pero nada de darle chocolate.
El chocolate contiene cacao y es tóxico por la teobromina que contiene.
De hecho, el chocolate negro, aunque se ingiera en pequeñas cantidades, puede provocar trastornos como vómitos y diarrea y, en los casos más graves, puede ser mortal.
Los dulces en general pueden provocar problemas digestivos y el consumo excesivo de azúcar puede conducir a la obesidad, el desarrollo de diabetes y la aparición de problemas dentales.
Lo mismo ocurre con los alimentos sin azúcar pero con edulcorantes artificiales que, en cualquier caso, son perjudiciales para la salud del perro.
¡No le des sobras a los perros!
Los perros no son basureros y las sobras de nuestra mesa son alimentos totalmente inadecuados para su dieta: más aún si son picantes, con pimienta y grasientas, tíralas a la basura húmeda, que es donde deben estar.
Lo mismo ocurre con los alimentos caducados o podridos, ¿te los comerías? Por supuesto que no, y su perro tampoco debería comerlos.
Si quieres alimentar a tu perro con una dieta casera, debes consultar a tu veterinario, que podrá aconsejarte bien sobre qué y cuánto alimentar a tu perro en función de su edad y estilo de vida.