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Los ojos de los perros son órganos sensoriales formados por una compleja estructura anatómica contenida en la cavidad orbitaria. Cuidado con las oculopatías y los síntomas que revelan su presencia.
Están formadas por diferentes componentes, cada uno de los cuales puede presentar patologías, congénitas o adquiridas, que deben diagnosticarse y tratarse con precisión para garantizar un buen funcionamiento visual.
Los ojos del perro: globo ocular, esclerótica, córnea y aparato lagrimal
El globo ocular tiene forma de esfera, ligeramente aplanada, cuya superficie externa está formada por la córnea y la esclerótica.
La esclerótica constituye la mayor parte de la superficie externa del globo ocular y es de color blanco.
La córnea es una membrana transparente, continuamente humedecida por las lágrimas, y forma la primera lente convergente del ojo.
Las lágrimas son producidas por la glándula lagrimal principal y la glándula lagrimal secundaria.
Los párpados de los ojos de los perros
Representan el sistema de defensa más externo del ojo; están revestidos externamente por la piel e internamente por una membrana muy vascularizada, la conjuntiva.
En los ojos de los perros, además de los dos párpados principales, superior e inferior, hay un tercer párpado, situado detrás y medial al párpado inferior, con funciones protectoras de la córnea.
Éstas son las enfermedades que afectan con más frecuencia a los ojos de los perros.
Conjuntivitis
Esta enfermedad ocular canina consiste en la inflamación de la membrana mucosa que recubre el interior de los párpados, provocando enrojecimiento y secreción. Existen diversos factores desencadenantes, como una alergia o la presencia de cuerpos extraños.
La conjuntivitis puede ser:
- Seroso: con secreción clara, transparente y líquida, generalmente causada por el viento o el polvo. Provoca picores.
- Mucoide: con secreción mucosa originada en los folículos del tercer párpado tras una reacción causada por cualquier agente irritante o infeccioso.
- Purulenta: con presencia de pus debido a la acción de bacterias. Esta secreción forma costras en los párpados.
Queratoconjuntivitis seca
Esta enfermedad ocular canina también se conoce como ojo seco.
La causa es un trastorno de las glándulas lagrimales que provoca un lagrimeo insuficiente, de modo que la córnea se seca.
El signo característico de esta enfermedad es la aparición de una secreción espesa y purulenta que suele ir acompañada de un ojo opaco.
El ojo seco puede deberse a varias causas, como una enfermedad autoinmune o una lesión de las glándulas lagrimales.
La epífora
Frecuente en razas como el caniche, el maltés o el pequinés, en las que puede observarse una mancha marrón rojiza bajo el ojo, epiphora es una enfermedad ocular de los perros caracterizada por un lagrimeo continuo.
Se trata principalmente de un problema estético, pero también podría ser síntoma de otras patologías o indicar la presencia de un cuerpo extraño.
Prolapso de la glándula lagrimal del tercer párpado
Consiste en la salida de la glándula lagrimal de su sede.
Irritante la superficie del ojo, provoca conjuntivitis.
Es típico de razas como el Cocker o el Beagle.
Uveítis
Esta enfermedad ocular canina consiste en la inflamación del iris y el cuerpo ciliar.
Es un síntoma común de varias enfermedades y provoca mucho dolor, lagrimeo, enrojecimiento, fotofobia y protrusión del tercer párpado, además de producir humor acuoso.
La pupila parece encogida y tiene dificultad para reaccionar a la luz.
También es posible observar una especie de opacidad en el ojo.
Queratitis
La queratitis es una patología ocular que produce la inflamación de la córnea, que se empaña y pierde transparencia.
Hay lagrimeo intenso, fotofobia y protrusión del tercer párpado.
Existen varios tipos de queratitis en los ojos de los perros, como la queratitis ulcerosa, la queratitis infecciosa, la queratitis intersticial, la queratitis pigmentosa y la queratitis vascular.
Todos estos tipos de queratitis en perros deben tratarse a tiempo para evitar que se queden ciegos.
Úlceras corneales
Se trata de una lesión que afecta a la parte media e interna de la córnea.
En la mayoría de los casos, esta enfermedad ocular canina está causada por un traumatismo, pero otras úlceras corneales pueden estar relacionadas con la queratoconjuntivitis seca, la diabetes o la enfermedad de Addison.
La úlcera corneal provoca mucho dolor, lagrimeo y fotofobia.
Cataratas
Consiste en la pérdida de transparencia del cristalino, que se manifiesta como una especie de película grisácea sobre la pupila.
Esta enfermedad ocular canina puede ser hereditaria o adquirida.
En general, las cataratas son consecuencia del envejecimiento.
Glaucoma
Esta enfermedad ocular canina es grave y puede causar ceguera.
Se produce cuando se produce más humor acuoso del que se excreta, lo que aumenta la presión dentro del ojo y provoca alteraciones en el nervio óptico y la retina hasta las consecuencias extremas, es decir, la ceguera.
Provoca dolor, lagrimeo, opacidad corneal y pupila dilatada.
Para evitar la ceguera, el glaucoma debe tratarse inmediatamente.
El tumor del párpado
Entre los tumores de los párpados, el adenoma de la glándula de Meibomio es el más frecuente.
Esta glándula se encuentra en los párpados y produce una sustancia sebácea.
Otros tumores frecuentes en los párpados del perro son los adenomas sebáceos, normalmente benignos, que aparecen en perros de edad avanzada.
El papiloma, que parece una verruga y está causado por el virus del papiloma canino, también es frecuente.
Mitos a desmontar en el tratamiento de las enfermedades oculares del perro
Hay muchas creencias y mitos que disipar en relación con el tratamiento de los síntomas de las enfermedades oculares en los perros.
La causa de la inflamación o cualquier otro indicio de patología de los ojos del perro debe ser evaluada inmediatamente por un veterinario.
¿Camomila y medicamentos de uso humano? ¡Incorrecto!
La opinión de que las famosas compresas de manzanilla para limpiar los ojos de los perros o el uso de medicamentos humanos son eficaces para contrarrestar los síntomas de las enfermedades oculares es absolutamente errónea y muy peligrosa.
De hecho, los medicamentos humanos tienen una formulación cualitativa y cuantitativa adecuada para el tratamiento de enfermedades que sólo afectan a los seres humanos y -salvo prescripción contraria de un veterinario- nunca deben utilizarse para tratar enfermedades oculares en perros.
Más bien, ante los primeros signos de patología en los ojos de su perro, busque consulta inmediata con su veterinario de confianza para identificar la naturaleza de la oculopatía y los tratamientos, farmacológicos o quirúrgicos, a realizar.
Algunas oculopatías, si no se tratan a tiempo, pueden tener consecuencias incapacitantes para el perro, como la pérdida total o parcial de la vista.
Póngase en contacto con nosotros para revisiones y consultas especializadas con un oftalmólogo veterinario: nuestros médicos de plantilla están siempre a su disposición.
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