Megaesófago canino: un trastorno debilitante y grave que puede degenerar y llevar a la muerte a tu amigo de cuatro patas

megaesofago
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¿Su perro no traga correctamente y vomita comida sin digerir? Puede sufrir de megaesófago.

El megaesófago es un trastorno debilitante y grave y, si no se mantiene bajo control, puede degenerar y provocar la muerte del perro.

megaesófago perro

El esófago conecta la laringe con el estómago, transfiriendo los alimentos mediante movimientos musculares.

Cuando se ve afectado por esta enfermedad, el esófago tiende a dilatarse y sus músculos sufren una parálisis total o parcial, lo que dificulta la deglución y la asimilación de los alimentos.

Por desgracia, el tratamiento farmacológico no restablece la funcionalidad del esófago, pero puede aliviar sus síntomas evitando que degenere y ayudando al perro a llevar una vida digna y lo más normal posible.

En cambio, en los felinos, el megaesófago es raro porque el gato tiene una musculatura esofágica mucho más potente que la del perro, compuesta sobre todo de fibras estriadas.

¿Cuáles son las causas del megaesófago?

La dilatación megaesofágica en perros puede ser de tres tipos:

  • congénito

El perro presenta síntomas desde el nacimiento aunque suele observarse a partir del destete, cuando el cachorro acepta mal la comida sólida y la regurgita. En este caso, la patología se atribuye a una disfunción neuromuscular.

  • primaria adquirida (o idiopática)

Aparece en la edad adulta, pero se desconoce la causa real de la dilatación del esófago.

Existen varias hipótesis que incluyen la presencia de neurotoxinas y causas hereditarias entre otras posibilidades.

  • secundaria adquirida

Se produce como consecuencia de una alteración importante de diversa índole: metabólica, neurológica, inmunomediada, tóxica, infecciosa, estenótica, inflamatoria o neoplásica.

¿Existen razas predispuestas al megaesófago?

Generalmente, las razas de perros grandes son las más afectadas.

En particular:

  • Pastor alemán
  • Setter irlandés
  • Gran Danés
  • Labrador
  • Fox Terrier
  • Schnauzer
  • Shar Pei
  • Terranova

¿Cuáles son los síntomas del megaesófago?

Halitosis, hipersalivación, regurgitación y adelgazamiento son los signos clínicos del megaesófago.

El síntoma más evidente es la regurgitación parcial o total de alimentos no digeridos, lo que provoca que el animal esté muy delgado y excesivamente hambriento.

En la práctica, el animal intenta alimentarse pero no puede asimilar la comida ni los nutrientes.

Además, la tos, la dificultad para respirar y las sibilancias son complicaciones frecuentes de la neumonía.
ab ingestis
secundaria a la aspiración accidental de material contenido en el esófago.

Diagnóstico

El diagnóstico del megaesófago se realiza mediante pruebas de imagen.

Una vez confirmada la presencia de megaesófago, hay que determinar si es primario o secundario.

¿Cómo se trata el megaesófago?

En la mayoría de los casos, el megaesófago es una afección de pronóstico reservado en la que el tratamiento se dirige principalmente a proporcionar un apoyo dietético, de gestión y farmacológico adecuado al perro.

El pronóstico del megaesófago idiopático depende en gran medida del diagnóstico precoz y de la respuesta al tratamiento.

En perros con megaesófago secundario, debe identificarse y tratarse la causa primaria.

Cuando la causa subyacente puede tratarse eficazmente y el esófago no ha perdido irreversiblemente su elasticidad, el perro también puede recuperar su funcionalidad.

En cualquier caso, el tratamiento más eficaz sigue siendo el de la forma de alimentación.

La dieta, principal tratamiento

Es vital garantizar que los perros con megaesófago tengan una ingesta nutricional adecuada y tratar de minimizar las regurgitaciones en la medida de lo posible.

El mayor problema lo causan los alimentos sólidos, que no pueden pasar correctamente por el esófago, mientras que con los líquidos el problema disminuye.

Por eso el veterinario suele prescribir una dieta líquida o semilíquida, con pequeñas comidas repartidas a lo largo del día.

Los perros que padecen megaesófago se benefician enormemente si toman su comida en posición vertical

La comida debe administrarse sujetando al perro en posición vertical o colocando el cuenco en una posición elevada para facilitar su paso por el esófago.

Una vez finalizada la deglución, el perro debe permanecer en esta posición durante al menos 15 ó 30 minutos para favorecer que el alimento descienda al estómago por gravedad.

Al hacerlo, la regurgitación disminuye significativamente.

La alimentación elevada del perro no siempre es fácil, pero la silla de Bailey es un excelente aliado

Es posible comprar o fabricar plataformas o sillas especiales, como la silla Bailey.

Básicamente, se trata de una silla que sostiene al perro en posición erguida, como la silla de un niño, para que comer y sentarse sea lo más cómodo posible.

Sepa que es esencial que reconozca rápidamente los síntomas del megaesófago y consulte sin demora a su veterinario de confianza.

En este sentido, le recordamos que la Clínica La Veterinaria está siempre abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y dispone de un servicio de urgencias de 20 a 8 horas.

Por la alegría de verlos FELICES.

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