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Coprofagia o cuando el perro se come sus propias heces o las de otros animales: ¿por qué lo hace? Podría ser un síntoma de malestar.
Hay muchas razones por las que los perros practican la coprofagia, es decir, la ingestión de sus propias heces o las de otros animales.
Si crees que la coprofagia es despecho, la tuya es una consideración reductora y engañosa: los perros no hacen despecho, pero sí manifiestan malestar.
Este comportamiento suele ser consecuencia de unas condiciones ambientales y relacionales inadecuadas en las que se encuentra el perro.
¿Sabías que existen diferentes tipos de coprofagia?
En función de las heces que ingiere el perro, la coprofagia puede clasificarse en tres tipos:
– la autocoprofagia, cuando el perro se come sus propios excrementos
– coprofagia intraespecífica cuando un perro come las heces de otro perro
– coprofagia interespecífica cuando las heces ingeridas son de un animal de una especie diferente (gato, conejo, caballo)
¿Sabes cuántas y cuáles son las causas de la coprofagia?
En casos muy raros, la ingestión de heces puede tener su origen:
– Deficiencias alimentarias, que se producen cuando el perro necesita una dieta equilibrada.
– un problema clínico y patológico, como una alteración de la función pancreática, infecciones intestinales, síndrome de malabsorción.
En tales situaciones, la coprofagia va acompañada de diarrea: debe ponerse en contacto con su veterinario para que someta a su perro a los exámenes específicos necesarios.
Sin embargo, la causa más común es el comportamiento.
Salvo en los casos en que el perro se come las heces de otros animales, porque en ellas hay residuos que no se digieren completamente y resultan especialmente apetitosos, la coprofagia es la manifestación de
malestar:
estrés, ansiedad o aburrimiento.
¿De dónde procede el malestar que provoca la coprofagia?
Son ciertos descuidos o errores cometidos repetidamente por los propios dueños de perros coprófagos los que favorecen o inducen la enfermedad:
- un proceso de educación incorrecto: el perro se exaspera, teme ensuciar en un lugar inadecuado e intenta no hacer sus necesidades en casa por miedo a provocar reacciones de su dueño
- falta de atención: el perro utiliza este método para llamar la atención de su dueño «distraído
- privación, es decir, falta de estímulos: se manifiesta como resultado del aislamiento social o la privación de experiencias. El aburrimiento y la apatía inducen al perro a comerse sus propias heces.
Este comportamiento suele darse en perros que han pasado largos periodos en perreras o que han vivido en entornos estrechos y confinados.
¿Existen terapias adecuadas para limitar o eliminar los episodios de coprofagia?
Consulta a un médico veterinario o a un asesor en comportamiento canino.
El análisis realizado por el especialista establecerá las causas subyacentes de la coprofagia y sólo entonces podrá tomar las medidas correctoras adecuadas que le serán prescritas.
Si el aburrimiento o la privación de experiencias están en el origen del acto, la «cura» consiste en aumentar las actividades del perro y con el perro.
La terapia a adoptar se basa en aliviar la ansiedad y modificar el comportamiento del propietario para que pueda establecerse una relación correcta y equilibrada con el perro.
Desde pasear, correr o jugar, es fundamental ofrecer al perro alternativas que le satisfagan y favorezcan su equilibrio psicofísico.
Evite absolutamente los castigos y las regañinas: sólo aumentan el sentimiento de frustración de su perro.
¿Existen casos en los que la coprofagia es fisiológica y no patológica?
La coprofagia es fisiológica en determinadas circunstancias: un ejemplo son las hembras que han parido y se comen las heces de sus cachorros para mantener limpia la madriguera.
El cachorro, a su vez, aprende esta actitud observando a su madre e imitándola.
Es un comportamiento que tiende a desaparecer por completo con la edad.
En la naturaleza y en libertad, puede ocurrir que los perros se salten comidas incluso durante varios días.
Por desgracia, también hay perros abandonados a su suerte o incapaces de conseguir comida que, para comer algo, llegan a ingerir sus propios excrementos o los de otros animales.
En estos casos, los perros «reciclan» los residuos de alimentos no digeridos en las heces.
¿Por qué los perros coprófagos prefieren las heces de gato?
Los excrementos de gato atraen especialmente a los perros.
Esto se debe a que el gato come alimentos más sabrosos que el perro, que, gracias a su olfato superior, también es capaz de detectarlos en los excrementos.
Si en casa conviven gatos y perros, traslada la caja de arena a un lugar al que sólo puedan acceder los felinos.
¿Qué riesgos corren los perros al ingerir heces de otros animales?
A largo plazo, comer las heces de otros animales puede llevar a ingerir parásitos dañinos o contraer enfermedades víricas.
Para evitar estas desagradables consecuencias y si la coprofagia resulta ser un hábito difícil de abandonar, haga que su perro lleve bozal durante los paseos.
Además, haz que le revisen las heces periódicamente.
En la Clínica La Veterinaria, los médicos de nuestra plantilla están siempre a su disposición para realizar exámenes rutinarios y revisiones periódicas a su perro.
Además, le recordamos que la Clínica La Veterinaria está siempre abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y dispone de un servicio de urgencias de 20:00 a 8:00 horas.
Por la alegría de verlos FELICES.