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Apunta directamente al corazón de tu perro, pero no es cupido, sino el parásito de la filaria. La filaria en perros es una enfermedad potencialmente mortal transmitida por mosquitos que, en su forma subcutánea, también puede afectar a los humanos.
El gusano del corazón está extendido principalmente en las regiones septentrionales, sobre todo en las zonas lacustres, pero los casos de la enfermedad también están aumentando en otras zonas del sur.
El aumento progresivo de la temperatura debido al cambio climático hace que los mosquitos encuentren condiciones cada vez más favorables para propagarse y que la probabilidad de infección y transmisión de la filaria también aumente proporcionalmente.
Formas existentes de filaria
Dependiendo del parásito portado, la filariasis puede presentar una forma cardiopulmonar (causada por Dirofilaria immitis) o una forma cutánea (causada por Dirofilaria repens).
La forma más grave es la filariasis cardiopulmonar.
Normalmente, el periodo de mayor peligro es el verano, porque la filaria necesita al menos 19 grados para crecer.
La filariasis cardiopulmonar afecta generalmente a perros grandes que viven al aire libre.
La enfermedad se desarrolla silenciosamente porque el parásito necesita crecer y evolucionar antes de mostrar su presencia.
Ciclo biológico de las larvas de filariasis cardiopulmonar
Una larva tarda unos 6-7 meses en convertirse en adulto y sigue siendo infecciosa durante años por eso la filaria también puede aparecer meses después de la infección y es importante realizar una revisión periódica en su veterinario para comprobar el estado de salud de su perro.
El mosquito pica a un animal infectado e ingiere con su sangre las larvas del primer estadio, llamadas microfilarias o L1.
En el interior del mosquito las larvas maduran, evolucionando del estadio 2 (larva L2) al estadio 3 (larva L3): ésta es la forma infestante.
Una vez alcanzado un nivel de crecimiento suficiente para ser reintroducidas, las microfilarias se transfieren a la dermis de otro perro, de nuevo mediante una punción.
En el animal infestado, las larvas migran a los capilares y en unos 10 días se convierten en larvas L4 y, posteriormente, progresan al estadio L5.
Las larvas, una vez convertidas en gusanos adultos, se instalan en el corazón, sobre todo en la aurícula y el ventrículo derechos, y en los pulmones.
Los parásitos adultos, llamados macrofilarias, alcanzan un tamaño considerable: el macho mide de media entre 12 y 20 cm, mientras que la hembra llega hasta los 30 cm.
Crecen y se propagan tanto que, si la enfermedad no se diagnostica y trata a tiempo, puede provocar la muerte de su perro.
Filariasis cutánea
En cambio, los gusanos adultos de las larvas de Dirofilaria Repens se localizan en el subcutis y causan muchos menos daños.
Los signos clínicos inducidos por las filarias adultas son nódulos subcutáneos que contienen filarias.
Estos nódulos son móviles, blandos y tienen un contenido serohemorrágico.
Su tamaño oscila entre 3 y 6 cm y, en la mayoría de los casos, pueden confundirse con formaciones tumorales para las que está indicada la extirpación quirúrgica.
Otros síntomas son alopecia, dermatitis generalizada, prurito y granulomas.
¿Qué síntomas presentan los perros con filariasis cardiopulmonar?
Los perros que padecen filariasis pueden mostrar síntomas que serán tan graves como mayor sea el número de parásitos presentes en el organismo.
Sin embargo, los primeros síntomas aparecen varios meses después de la infestación, cuando el organismo reacciona contra el parásito y el corazón, dañado y agotado por la presencia de filarias, empieza a funcionar mal.
El perro parece cansado, tose, está fatigado incluso tras un esfuerzo menor y, a medida que pasa el tiempo, se vuelve cada vez más inapetente y deprimido.
Posteriormente, el daño cardiovascular empeora y la enfermedad afecta negativamente a todo el organismo, provocando dificultades respiratorias, acumulación de líquido en el abdomen e incluso problemas neurológicos.
¿Qué pruebas diagnósticas revelan la presencia del gusano del corazón en los perros?
Para comprobar la presencia de filaria basta con someter al perro a un análisis de sangre que, dada la naturaleza particular de la enfermedad y el periodo de incubación, conviene repetir cada año.
Esta prueba debe realizarse en primavera a todas las personas que vivan en zonas endémicas.
Una vez confirmada la presencia del parásito en la circulación, es primordial conocer su localización mediante exámenes más exhaustivos: las radiografías de tórax muestran el estado de salud de las venas y las arterias pulmonares, y la ecocardiografía permite evaluar los efectos de la filaria en el corazón.
Tratamiento de la filariasis
El tratamiento es complejo e implica el uso de fármacos que el veterinario debe dosificar cuidadosamente en función del estadio de la enfermedad y del estado general de salud del perro.
Normalmente, el veterinario procede a la llamada terapia adulticida, un tratamiento que mata las filarias adultas que se han instalado en el corazón y los pulmones.
En la fase más avanzada de la enfermedad, además de la terapia sintomática, a menudo es necesario recurrir a la cirugía para extirpar las macrofilarias.
Si los gusanos del corazón han estado en el corazón del perro durante mucho tiempo, es probable que el perro siga siendo cardiopático incluso después del tratamiento, ya que el daño causado al corazón no siempre es reversible.
Cómo prevenir el paludismo
La prevención más eficaz es a la vez repelente y reductora , y debe llevarse a cabo para lograr dos objetivos principales:
-reducirla posibilidad de ser picado por el vector: existen repelentes comerciales para evitar que los mosquitos entren en contacto con su perro.
-eliminarlas larvas que puedan haberse inyectado de todos modos: para inhibir el desarrollo de parásitos adultos, someta a su perro a una terapia microfilicida.
Este tratamiento impide el desarrollo de las larvas desde las formas L3 y L4 hasta la forma adulta en el perro infestado.
La ivermectina es el principio activo más utilizado para prevenir simultáneamente la filariasis cardiopulmonar y la filariasis subcutánea: elimina las larvas inoculadas por los mosquitos en los 30-40 días anteriores al tratamiento, interviniendo antes de que inicien su migración hacia el corazón.
Póngase en contacto con los médicos veterinarios de nuestra plantilla para realizar exámenes preventivos, rutinarios y especializados, así como pruebas diagnósticas in situ.
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