Índice
El pelaje es el aliado más valioso del perro para protegerse del calor, y esquilarlo es una práctica innecesaria y perjudicial.
Pues bien, puede parecerle increíble, pero el pelaje actúa como un “escudo”: retiene el calor exterior del mismo modo que lo hace en invierno con el frío, impidiendo que llegue a la piel.
Viendo el espeso pelaje de un perro, es casi obvio preguntarse cómo soporta el calor
En realidad, el manto tiene una función aislante e impermeabilizante.
Por tanto, el esquileo no protege al perro del calor, sino que sólo le expone al riesgo de insolación, quemaduras solares, eritemas, dermatitis, picaduras de insectos y reumatismo.
El pelaje también es un auténtico termoaislante, ya que los perros no sudan.
¿Por qué no sudan los perros?
El ser humano disipa el calor a través del sudor.
En los perros, este mecanismo no se produce por el simple hecho de que sus únicas glándulas sudoríparas se encuentran en las almohadillas plantares y palmares y en las yemas de los dedos.
Pues bien, la evaporación del sudor de las almohadillas sólo es capaz de enfriar la circulación en las patas, mientras que el resto del cuerpo no puede beneficiarse.
Estas glándulas tienen una función termorreguladora mínima, absolutamente insuficiente para eliminar el exceso de calor.
¿Cómo regula el perro su temperatura corporal?
El perro respira por la nariz y el aire inhalado, en contacto con las mucosas húmedas, se enfría y, a su vez, enfría la sangre que circula por los vasos sanguíneos de la nariz, con lo que disminuye la temperatura de todo el torrente sanguíneo.
Si la temperatura exterior sube a niveles excesivamente cálidos, el perro ya no elimina el aire por la nariz, sino que lo hace con la boca, jadeando.
El aire que entra en la boca fluye sobre la superficie húmeda de la lengua y, mediante un mecanismo de evaporación, se enfría, disminuyendo rápidamente la temperatura de la circulación sanguínea y, por tanto, también la temperatura sistémica.
La termorregulación se compensa con la protección que ofrece el pelaje del perro.
¿Cómo es el pelaje de un perro?
El pelaje del perro consta de dos tipos de cubierta.
– pelo: más largo y duro, situado en la parte externa, blinda la epidermis protegiéndola de los rayos solares y de los parásitos.
– subpelo: suave, lanoso y mucho más corto que el pelaje exterior, tiene la función de retener el calor y proteger contra el frío. El subpelo aumenta en invierno o cuando hace frío y cae en verano.
Por ello, el pelaje debe cuidarse, conservarse y, desde luego, no eliminarse mediante el esquileo.
El esquileo de perros sólo puede justificarse en casos extremos.
¿Cuáles son los casos excepcionales en los que se permite el esquileo?
Hay excepciones, ya sea por pertenecer a una raza específica o por razones higiénicas, que hacen necesario esquilar el pelo del perro.
Cuando el perro está gravemente infestado de parásitos, por ejemplo.
O hay ciertas razas de perros, como los de pelo rizado (véase el Caniche o el Bichón) cuyo pelo crece constantemente y hay que recortar periódicamente.
A menudo, esquilar el pelaje sólo sirve para remediar la pereza del propietario
Si no cepillas el pelo de tu perro de forma adecuada y con suficiente regularidad, es normal que se formen nudos, enredos y madejas imposibles de desenredar sin un corte limpio, sobre todo si tu perro es de pelo largo.
De hecho, el pelo largo se anuda e inevitablemente atrapa suciedad, bichos, polvo, caspa.
Sepa que un peluquero serio y competente es el que le sugiere ralear el pelo y, desde luego, no esquilarlo.
La salud del pelaje de su perro debe cuidarse no sólo desde el exterior sino también desde el interior
Cuidar el pelaje de un perro también implica ajustar su dieta y asegurarse de que contiene todos los elementos necesarios para dar vitalidad y vigor al animal y, en consecuencia, también a su pelaje.
Para esto y mucho más, pida siempre consejo a los médicos veterinarios de nuestra plantilla.
En este sentido, le recordamos que nuestros Médicos Veterinarios de plantilla están a su disposición para exploraciones y consultas y que Clínica La Veterinaria está siempre abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y con un Servicio de Urgencias de 20 a 8 horas.
Por la alegría de verlos FELICES.