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La hepatitis en perros afecta al hígado de nuestro amigo de cuatro patas. Pero, ¿cómo funciona el hígado del perro y por qué se produce la hepatitis?
La hepatitis en los perros puede producirse como consecuencia de infecciones, intoxicaciones alimentarias, por la toma de medicamentos o debido a enfermedades autoinmunes.
Hepatitis en perros: se trata de una inflamación del hígado que, desgraciadamente, como todos los demás órganos, puede degenerar por diversos motivos
El hígado del perro es una glándula que tiene una doble función y es crucial para el metabolismo de los nutrientes.
Está formado por estructuras en forma de prisma denominadas lobulillos hepáticos que están interconectados y constituyen el tejido o parénquima hepático.
Sus principales actividades son:
- segregan bilis que se acumula en la vesícula biliar a la espera de ser liberada en el intestino cuando sea necesaria para la digestión
- procesar las sustancias alimenticias procedentes del intestino (hidratos de carbono, grasas y proteínas)
- eliminar sustancias nocivas de la sangre
Hay que recordar, en efecto, que el hígado es el “carroñero” del organismo, que descompone y capta las sustancias tóxicas ingeridas de forma más o menos accidental.
Precisamente porque desempeña un papel tan esencial, es fácil comprender que la necesidad de mantenerlo sano, prevenir enfermedades relacionadas o reconocer sus síntomas sea vital.
Existen diferentes tipos de hepatitis canina
He aquí las formas reconocidas de hepatitis canina:
- común: la inflamación hepática está causada por la exposición del organismo a elementos tóxicos, medicamentos e insecticidas que pueden provocar daños en el hígado.
- autoinmune: el sistema inmunitario del perro ataca a las células hepáticas al confundirlas con agentes patógenos.
- Infecciosa: la inflamación hepática está causada por el adenovirus canino de tipo 1 y es una enfermedad vírica aguda que puede transmitirse a través de la orina, el agua y los objetos contaminados. También se conoce como enfermedad de Rubarth.
También hay enfermedades que pueden extenderse al hígado: pancreatitis, leishmania, hipertiroidismo, hipotiroidismo, diabetes, leptospirosis.
Síntomas de la hepatitis en perros
El hígado tiene grandes capacidades compensatorias debido a sus capacidades regenerativas y los síntomas de la hepatitis suelen aparecer cuando su funcionalidad ya está muy deteriorada.
Un perro que padece hepatitis puede manifestar:
- depresión y letargo
- falta de apetito y pérdida de peso
- vómitos, diarrea o heces acólicas o de color claro
- ascitis (acumulación de líquido en la cavidad abdominal)
- ictericia (coloración amarillenta de las mucosas y los ojos)
La hepatitis infecciosa suele tener un buen pronóstico si el diagnóstico es precoz y el tratamiento es específico.
En el caso de la hepatitis común o la hepatitis autoinmune, el pronóstico depende de cada caso, aunque las lesiones pueden cronificarse.
La hepatitis crónica provoca daños en el parénquima hepático en forma de cirrosis y fibrosis hepática.
Fibrosis hepática y cirrosis en perros
La fibrosis se refiere a la formación de cicatrices engrosadas en lugar de células nuevas y sanas en el hígado como resultado de la inflamación.
Con el tiempo, la presencia de tejido cicatricial puede limitar el correcto funcionamiento del hígado.
En la fase inicial, si la causa es reversible, la fibrosis hepática puede remitir.
Por el contrario, si no se detiene, el proceso de la enfermedad se vuelve permanente y puede desembocar en cirrosis e insuficiencia hepática.
La cirrosis representa la fase final irreversible del daño hepático crónico.
¿Existe predisposición a la hepatitis en determinadas razas?
Se sabe que algunas razas tienen más probabilidades de contraer hepatitis:
- Dobermann
- Labrador retriever
- Cocker
- Dálmata
- Pastor alemán
- Beagle
- Terriers escoceses
Diagnóstico y tratamiento de la hepatitis en perros
El enfoque diagnóstico de las enfermedades hepáticas incluye pruebas de laboratorio (sangre y orina), diagnóstico por imagen y biopsia.
En el caso de las enfermedades hepáticas comunes y autoinmunes, el veterinario aplicará el protocolo de tratamiento más adecuado: el tratamiento depende del factor causante de la enfermedad y debe actuar sobre él en primer lugar.
En caso de hepatitis infecciosa, la vacunación es el medio de prevención más eficaz.
Cuando se sospecha una hepatitis, es esencial someter al perro a un examen clínico exhaustivo y administrarle una terapia específica a tiempo.
En este sentido, le recordamos que en caso de necesidad y urgencia Clínica La Veterinaria está siempre abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y con un servicio de urgencias de 20 a 8 horas.
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