“El pensamiento consumado no es exclusivo de la humanidad.
La mente de los animales no es mejor ni peor que la nuestra.
Simplemente es diferente y se adapta a otros estilos de vida”.
Una declaración revolucionaria de Danilo Mainardi, considerado uno de los padres de la etología moderna.
Su actividad científico-divulgativa se resume en más de 200 publicaciones.
La investigación se centró en el estudio de los fundamentos metodológicos de la educación ambiental y la importancia del impacto del hombre en la naturaleza.
Pero Mainardi es más conocido por el concepto de inteligencia animal, un principio que trastocó totalmente los preceptos de la etología anticuada.
Animales según la etología de la vieja escuela
La etología de la vieja escuela estudiaba el comportamiento animal en su entorno natural y estaba impregnada de antropocentrismo.
Según esta teoría, el ser humano sería el legítimo propietario de la naturaleza y, por tanto, un ser superior a los animales.
Y de nuevo, los antiguos etólogos siempre se preocuparon no tanto por verificar las capacidades cognitivas de los animales como por transferir o redescubrir en ellos capacidades esencialmente humanas.
El gran error cometido fue comparar la inteligencia animal con la humana, es decir, la tendencia a subestimar a los animales y negarse a priori a concebir la existencia de mentes cualitativamente distintas de la nuestra.
La etología moderna y el refinamiento de la mente animal
En cambio, la etología moderna, cuyo progenitor es Konrad Lorenz, es hoy una ciencia más compleja y transversal en la que confluyen también la ecología, la sociología, la psicología, la fisiología, la genética y la bioquímica.
Este enfoque interdisciplinario permite estudiar a los animales en la naturaleza, teniendo en cuenta su composición genética y los factores hereditarios, es decir, el llamado comportamiento innato.
Además de este último, también existe el comportamiento aprendido, es decir, las experiencias individuales derivadas de los estímulos del entorno en el que viven y se desarrollan los animales.
La inteligencia, tanto en humanos como en animales, afirmaba Mainardi, es por tanto la suma de todas las facultades cognitivas y emocionales que contribuyen a perfeccionar la capacidad de afrontar y resolver situaciones y problemas nuevos o desconocidos.
La mente animal está sorprendentemente evolucionada
Los animales están dotados de un comportamiento inteligente concebido como una capacidad adaptativa para la supervivencia.
En el libro“La Bella Zoologia“, Danilo Mainardi nos embarca en un asombroso viaje de descubrimiento de mamíferos, aves, peces y reptiles que han sabido encontrar las soluciones adecuadas para garantizar la supervivencia de su especie.
Cuenta historias de coevolución y adaptación mediante ejemplos emblemáticos y de forma sencilla sin descuidar el rigor científico, haciendo accesibles conceptos complejos y especializados como la evolución de las especies o la relación entre el ser humano y el ecosistema.
Nos enseñó que las polillas, para no sucumbir ante los murciélagos, han desarrollado órganos sensoriales especiales para percibir los ultrasonidos de los depredadores.
Que los mecanismos de socialidad de las avispas y las hormigas son complejos y muy evolucionados.
Y que los ratones reconocen a los parientes.
O que las golondrinas y los moluscos saben orientarse “leyendo y contextualizando” determinados puntos de referencia.
Pero también que no hay que humanizar a los perros, porque es cierto que aunque en esta visión moderna aparentemente lo tienen todo, también es cierto que lo tienen todo menos lo que les gusta.
En resumen, lo que a nosotros nos puede parecer inteligente, no lo es necesariamente para los animales, y viceversa
La zoología, más que ninguna otra ciencia, enseña la curiosidad, el respeto y el amor por la diversidad de los individuos, tanto humanos como no humanos.
Al rechazar la idea de la superioridad de la especie humana sobre las demás especies animales, Mainardi fue, aunque involuntariamente, un precursor del antiespecismo moderno.
Merece crédito por haber censurado por fin esa vieja etología rancia e ignorante, culpable de convertir a los animales en máscaras humanizadas desprovistas de su autenticidad intrínseca.
Y siempre estamos ahí para ellos.
En este sentido, le recordamos que la Clínica La Veterinaria está abierta las 24 horas del día, incluidos festivos, y dispone de un servicio de urgencias de 20:00 a 8:00 horas.
Por la alegría de verlos FELICES.